Sólo cuando la economía crece paga impuestos

A la luz del Indicador de Seguimiento a la Economía, ISE, durante agosto, la actividad económica repuntó 2,02% en comparación con el mismo mes del año pasado, la cifra no es mejor que el mes inmediatamente anterior, pero sí marca una mejora respecto a 2023, cuando la agricultura y los servicios impulsaron el crecimiento hasta 3,68%, muy positivo.

Aunque el comportamiento económico fue menor de un mes al otro, la tendencia sigue en números muy buenos gracias a las actividades primarias y terciarias, es decir, el agro y los servicios. Todas las actividades primarias registran un crecimiento anual de 3,52% al octavo mes del año, cifra que es muy similar a la de países de economías comparables con Colombia.

Las actividades terciarias tuvieron un crecimiento de 2,39% frente a agosto de 2023, es el sector de la economía que agrupa la prestación de servicios, como electricidad, gas, agua, comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos, transporte y alojamiento, entre otros. El lunar de la economía se mantiene en las manufacturas y la construcción, que son históricamente dorsales para el desarrollo económico.

Todas las industrias manufactureras y de construcción, agrupadas en las actividades secundarias, cayeron 1,39%. Poco a poco el país económico, político y social percibe más cómo funciona la economía y entiende algo muy básico: si la economía crece, aumenta el pago de impuestos. El panorama de crecimiento es mejor en lo corrido del año que en 2023, por ende, la cascada tributaria debe mejorar al cierre del año.

En agosto pasado, el recaudo tributario retrocedió, los ingresos por concepto de impuestos fueron de $16,08 billones durante el mes, esto es 30,8% menos de los $23,2 billones de agosto de 2023. Esta fue la segunda caída mensual más pronunciada del recaudo en lo que va del año, desde que en abril retrocedió 40,8%. El pago de impuestos se había recuperado levemente en julio, cuando ingresaron $26,4 billones a las arcas del Estado, con un crecimiento de 4% frente al mismo mes de 2023.

Lo lógico debe ser que si el crecimiento va levantando cabeza, el traumatismo de ingresos al Estado se vaya reparando en el mediano plazo y la idea de una nueva reforma tributaria se evapore. En lo que va del año, la Dian ha recaudado $178,63 billones, 9,3% menos del acumulado entre enero y agosto del año pasado. Para esta época, los ingresos por impuestos se acercaban a los $200 billones en 2023 ($197 billones), en un año bastante malo en términos de PIB. Los impuestos de retención de renta ($63,7 billones) y los de ventas ($37,41 billones) fueron los que más participaron en el recaudo de enero a agosto con 35,7% y 20,9% del total, respectivamente.

Le siguió el impuesto de renta ($25,9 billones) y los demás tributos ($51,5 billones). En cuanto a los aportes de los tributos al Presupuesto, la mayor parte se ha ido al pago del servicio de la deuda pública nacional, con un total de $32,82 billones, siguen los aportes a educación, con $25,04 billones, salud ($21,85 billones), defensa y policía ($19,05 billones) y Hacienda ($18,62 billones).

La ecuación debe empezar a cambiar: solo cuando la economía repunta, los impuestos mejoran; no se puede pensar que en una economía parada se aumenten los tributos con una nueva reforma que incremente impuestos que no se generan.