Editorial

Subir tasas para frenar la inflación no ha funcionado

Las decisiones de los bancos centrales de encarecer el dinero para frenar la inflación no han funcionado, mucho menos en Colombia en donde la variación del IPC sigue al alza

Editorial

Diario La República · Subir tasas para frenar la inflación no ha funcionado

Se acerca la próxima reunión de la Junta Directiva del Banco de la República, en la que se revisarán nuevamente las tasas de interés y se tomará la decisión de frenar las alzas o al menos ajustarlas en menor porcentaje. Es una realidad que está impactando la economía más que cualquier otro factor.

La tasa de intervención del mercado ya está en 12,75%, una de las más altas de la historia reciente, mientras que la inflación marca un ritmo mensual de 1,66%; en lo corrido del año alcanza 3,47% y 13,28% en los últimos 12 meses, poco más de medio punto separan el costo del dinero del costo de vida; es una realidad que se repite en muchos mercados del mundo y que puede diagnosticarse como una falla de la “quimioterapia contra el cáncer inflacionario”.

Lo peor es que los médicos siguen tercos en aplicar el mismo medicamento que no les funciona, máxime en Colombia en donde la informalidad bancaria está muy extendida, el lavado de activos manda en muchos sectores económicos y el consumidor no se está endeudando desde la pandemia.

El dinero caro sí le está pegando muy duro a las empresas y a los empleados formales; una tasa de usura de 46,26% y de microcrédito de 58,80% son lesivas para cualquier emprendimiento; situación que entendieron bien los bancos y desataron una guerra de tasas para sus tarjetas de crédito, las bajaron a un promedio de 20% para el grueso de sus tarjetahabientes, pero con la letra menuda de que esa población no estaba gastando, tenía la tarjeta guardada, es decir no hay almuerzo gratis y los bancos con sus seductoras tasas pueden reactivar los consumos. Ojalá esa guerra de tasas baje más, beneficie a las familias y se traslade a las hipotecas y créditos rotatorios.

En pocas semanas los codirectores del Emisor tendrán que pasar al tablero de las comisiones económicas del Congreso para defender sus políticas de dinero caro y los pocos resultados en el mandato constitucional de bajar la inflación. Un debate a escala mundial que no puede ser indiferente en Colombia.

El veterano profesor de la Universidad de Columbia y Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, ha dicho que “el papel de las subidas de tipos de interés en vertical por parte de los principales bancos centrales ha sido contraproducente para frenar la inflación”, al tiempo que apuesta a que “el problema inflacionario, aunque haya provocado los aumentos de precios más altos desde los años 70, proviene de causas diferentes a lo que se vio tras la crisis del petróleo (...) La pandemia era un shock sectorial y temporal (...) La raíz de la inflación vino derivada de las interrupciones en las cadenas de valor y la escasez de chips. La subida de tipos no iba a solucionar esa escasez”.

Y concluye que el comportamiento de los precios sigue derivándose de esos choques iniciales de oferta, provocados por la pandemia, y no por la evolución de la demanda agregada. Los ministros de Comercio, Agro y Hacienda, al lado de los técnicos del Banco de la República, deberían sentarse de cara al país para hablar de inflación, del poder adquisitivo de las familias y brindar soluciones coherentes que generen credibilidad.

Si no hay problemas de demanda agregada y todo se debe a choques de oferta, como dice Stiglitz, los veteranos economistas locales están obligados a hablar del tema y aportar soluciones, no dejar que los codirectores se desgasten más.

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