Tasa de usura de 26% es realmente una “usura”
sábado, 30 de noviembre de 2024
Si bien hay una reducción importante, el referente para el pago con las tarjetas de crédito sigue siendo “usurero” si se tienen en cuenta la tasa del Emisor y la Inflación
Editorial
La Superintendencia Financiera dicta que la llamada tasa de usura para el último mes del año será de 26,39%, 151 puntos básicos menos a la de noviembre, que estaba en 27,90%. El pico más alto lo alcanzó en abril del año pasado, cuando se situó en 47,09%, una exageración en el costo del dinero que casi asfixió las compras con tarjetas de los consumidores colombianos.
El punto es que los bancos financian las compras con tarjetas de crédito de sus clientes con techo en la usura, especialmente las grandes entidades crediticias, la banca cooperativa y la social compiten a media tabla con tasas menores, pero nunca inferiores a 100 puntos de la usura.
En Colombia hay unos 15 millones de tarjetas de crédito que se activan, transformándose en alto consumo durante los últimos meses del año, reactivando las compras, números que se ven en la generación de empleo, en la capacidad instalada de las empresas, crecimiento manufacturero, y más las importaciones, también el recaudo vía IVA aumenta.
Lo tradicional es que entre diciembre y enero, a caballo entre el año que muere y el otro que nace, las compras con tarjetas de crédito aumentan, erigiendo el consumo como pilar del crecimiento. La cancelación de tarjetas de crédito, usualmente, se hace entre febrero y marzo por dos razones: en primer lugar, por conciencia financiera, dadas las deudas decembrinas y de colegios, y por falta de educación financiera y sobreendeudamiento.
Aunque es cada vez mayor la conciencia financiera muy acorde a la racionalidad en los gastos, por lo general, no se gasta más de lo que se ingresa y están muy socializados los problemas derivados de entrar en mora con el sistema financiero. Por ahora, lo cierto es que la tasa de usura, tomada como el techo máximo para las compras con dinero plástico a crédito, ha bajado a niveles históricos, pero sigue siendo dinero caro, pues la inflación va a cerrar en 2024 en torno a 5%, los salarios e ingresos laborales no han aumentado notoriamente por la baja productividad y los bancos han accedido a dinero barato del Emisor en casi un dígito, en menos de 10%.
Una tasa de usura de 26% para los consumidores es todavía muy alta y va en contravía de la reactivación del consumo de las familias. Hace pocos meses, algunos bancos líderes iniciaron una guerra de tasas para tarjetas con cupos de unos $5 millones, pero no trascendió en el mercado, los consumidores simplemente guardaron o devolvieron las tarjetas a la espera de que las condiciones del mercado los obligaran a competir más por los cuentahabientes.
Si bien vender la cartera de la tarjeta de crédito a otro banco es una alternativa interesante para compras nuevas y pago de las viejas, no es muy amigable, pues los cuentahabientes no gozan de mejores tasas en el mediano plazo. Lo que debe incentivar el sistema financiero es la educación financiera, el consumo programado y avanzar en la bancarización real.
El costo del dinero para los consumidores a crédito en Colombia sigue siendo alto, pero no es de los más caros en la región. Brasil, Argentina o Perú, sin contar a Venezuela, tienen las tasas de compra con tarjetas de crédito más altas, muy por encima de los dos dígitos. La Superfinanciera, al dictar, referenciar o certificar la tasa de usura, pudiera considerar el costo del dinero del Emisor a los bancos, una cierta proporcionalidad que a todos beneficie.