Editorial

Tendencia, lo viejo si bueno dos veces bueno

Los cuadros políticos más importantes del Gobierno entrante son personas jubiladas más experimentadas que refuerzan una tendencia global en materia de responsables del futuro

Editorial

El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, cumplió su edad de jubilación el pasado 19 de abril cuando alcanzó sus 62 años, mientras que el mandatario saliente, Iván Duque, se convertirá en uno de los jubilados más jóvenes del país, pues se retirará del máximo cargo el próximo 7 de agosto habiendo obtenido la pensión de expresidente, a pocos días de haber cumplido 46 años. En Colombia las mujeres se jubilan a los 57, una de las edades más bajas de la Ocde, y los hombres de 62, el promedio de los países de las buenas prácticas.

El tema de la edad había sido un factor de competencia en los últimos años, la juventud se vendía como una ventaja a la hora de presentar ideas frescas versus la imagen abigarrada de las personas mayores o más experimentadas. En el mundo empresarial el asunto de la edad no está tan presente, pues el conocimiento, la experiencia y la casuística en anteriores trabajos determinan el ascenso de los altos ejecutivos. No es muy habitual que una persona por debajo de 40 años llegue a cargos de máxima responsabilidad. Lo que podría llamarse el ‘Efecto Matusalén’, más que una moda, se está volviendo una tendencia global por la longevidad de algunos líderes y el promedio de la esperanza de vida de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde.

Hay un limbo laboral en lo político y no tanto en lo empresarial para los jubilados que quieren y pueden seguir trabajando. Mientras en la esfera política o en el servicio de funcionarios, muchos se deben retirar máximo a los 70 años, en el sector privado hay una suerte de llamado a calificar servicios a eso de los 65. Una vez la jubilación se activa y los empleados acceden a la pensión, automáticamente su contrato cambia y es discrecional de la empresa mantenerlos empleados. En el Estado, los funcionarios están obligados a suspender su pensión para no tener dos salarios. El tema se puso de moda cuando la Corte Constitucional amparó los derechos de miembros de la “Revolución de las canas”, un movimiento de líderes que se opuso a que el Gobierno Nacional los protegiera por norma durante el covid.

El máximo tribunal dijo que, aunque en principio las medidas adoptadas beneficiaban a las personas mayores durante la pandemia, en la práctica restringieron de forma desproporcionada los derechos fundamentales de esta población. Todo ratifica que lo viejo, si bueno, dos veces bueno y que Colombia es un país que crece exponencialmente en su población mayor, la que debe seguir trabajando, no solo para mejorar sus ingresos, sino porque la experiencia en el campo político y empresarial pesa a la hora de tomar decisiones y de aplicar simples casuísticas para resolver problemas cotidianos.

La edad promedio de un CEO entre las 500 empresas más grandes de Estados Unidos es de 58 años, según Bloomberg y la revista científica, New England Journal of Medicine, dice que la edad más productiva de un trabajador es entre 60 y 70 años. La segunda etapa productiva del ser humano, según este mismo estudio, está entre 70 y 80 años, seguida por la tercera, que comprende edades entre 50 y 60 años. En las empresas colombianas, el promedio de edad de los presidentes de las 10 más grandes es 55 años. Todo parece indicar, a la luz de los primeros nombramientos, que el presidente Petro tendrá un gobierno de veteranos.

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