Editorial

Todo pinta mejor para el nuevo año

Este 2018 que llega a su final cerró mejor de lo esperado y el nuevo año será bueno a la luz de las noticias económicas para las empresas y las personas

Editorial

Son muchos los hechos económicos que hacen prever que el año nuevo será mucho mejor que el que termina la próxima semana. Lo primero es que la meta de inflación estará dentro de los rangos del Banco de la República, entre 2% y 4%, seguramente el dato que se conocerá en los primeros días de enero rondará 3,2%, uno de los Índices de Precios al Consumidor más bajos de los últimos años. Mantener la variación de precios bajo control es uno de esos mandatos constitucionales sobre los cuales no se puede ceder un milímetro, pues es bien sabido que una inflación alta es más dañina para los consumidores de bajos ingresos y que indefectiblemente le hacen perder capacidad de compra a todos los hogares. Por fortuna, el problema está controlado por el Emisor, entidad independiente que ha hecho un manejo adecuado de las tasas de intervención, otro de los factores determinantes para el nuevo año. En estos momentos la tasa de interés al sistema financiero es de 4,25% y la tendencia y con cambio de comportamiento dada la coyuntura internacional de tasas altas, por lo que no habría mucha preocupación por una eventual resurrección de la inflación. Ojalá las tasas no suban rápidamente para que la economía pueda planear a largo plazo.

El tercer elemento que nos hace vaticinar un mejor 2019 para la economía, tiene que ver con la estabilización, al menos por otros dos años, de nuevos tributos, pues la reforma tributaria aprobada recientemente, le proporciona recursos a la arcas estatales y le da el aire que necesita para hacer un plan de ahorro central y poder rediseñar el sistema de subsidios. Además, la reforma le ha dado un tanque de oxígeno a los empresarios quienes verán reducir sus cargas impositivas, situación que les permitirá hacer nuevas inversiones con mayor estabilidad en el largo plazo; particularmente si la meta es exportar con una buena tasa de cambio, que es otro de los elementos que genera optimismo para las ventas a los mercados externos. La devaluación del peso en lo corrido del año supera 6% y ha generado un manto de buenos ingresos para los exportadores, tal es el caso de los cafeteros, bananeros, floricultores y petroleros, en particular.

Los precios del petróleo han vuelto a caer y cierran el año en franco descenso; mientras el WTI está en US$44, el Brent solo supera levemente US$53, dos cifras que están muy cerca de los presupuestos de Ecopetrol y el Gobierno, pero que pueden compensarse con una tasa de cambio generosa, como es un dólar por encima de $3.200. Es obvio que el alza salarial del mínimo en 6% y el subsidio de transporte en 10%, son ayudas enormes, pues la inflación causada y la esperada no van más allá de 3,3%, haciendo que la diferencia sea una ganancia que redundará en mejora del consumo.

Y si este buen panorama visto desde los indicadores fundamentales se le suma la maduración de un nuevo gobierno, las cosas se sincronizan para ser optimistas. Estamos seguros de que los ministros, luego de seis meses, empezarán a ejecutar mucho mejor sus políticas públicas y que las entidades estatales harán lo mismo para apurar las reformas que se necesitan. El nuevo año será mejor que el anterior no solo porque la economía y la política están cambiando de ciclo y todo el país debe estar unido en función del desarrollo colectivo, sino porque el vecindario está nervioso y volver sobre el valor de lo doméstico es la opción que nos queda para crecer.

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Banco de la República - Índice de Precios al Productor - WTI - Brent