Editorial

Un ajuste ministerial más de fondo que de forma

<p>Con el nuevo equipo, Santos busca inyectarle nuevas ideas y consolidar propósitos de gobierno para bien de los colombianos. Esperamos que así sea</p>

El cambio en los titulares de siete de los dieciséis ministerios, a poco más de dos años de terminar su segundo mandato, es una demostración de su intención de introducir ajustes más de fondo que de forma en el manejo de la administración pública, que sin duda parecían evidentes en varias áreas en las que el desgaste y cansancio resultaban notorios. Según el Presidente, los cambios responden a tener un equipo de la paz y del posconflicto, consolidar la economía y afrontar la lucha contra la pobreza.

Sin entrar en debates acerca de los razonables postulados del jefe de Estado, hay consideraciones adicionales que merecen ser tenidas en cuenta, comenzando por la de que remozar casi la mitad del equipo, dejando atrás la idea de cambios puntuales, es sin duda una apuesta muy significativa que requiere un gran ejercicio de liderazgo, que el Presidente adelantará con el apoyo de ministros como Interior, Educación, Hacienda, Defensa, Salud y Relaciones Exteriores que fueron mantenidos en sus carteras, en una demostración de independencia de la administración frente a los pedidos y apetencias de los partidos políticos. 

Pero no solo eso. Contraria a la idea de que por su ancestro el primer mandatario tiene una propensión a rodearse de ministros del centro del país, en esta oportunidad ha dado una demostración de apertura sin antecedentes a las distintas regiones, incluyendo gratamente a un ministro oriundo de Chocó, en nada menos que en la cartera de Ambiente, quizá de las que mayores retos tiene frente a uno de los asuntos con mayor vinculación al futuro de la paz en el país, pero además, porque ese departamento está siendo azotado por las bandas criminales. 

Otra innovación importante es la entrada al gabinete de representantes de los partidos Verde y Polo Democrático, que aunque no comprometen las posiciones ideológicas de sus colectividades, ni implica su ingreso a la coalición de Gobierno, es una demostración de la intención de buscar acercamiento y consenso en temas como las relaciones laborales y la administración de justicia.

Sin duda que en las distintas carteras que han sido remozadas los retos de los nuevos ministros son grandes y sin duda deberán acomodarse en el menor tiempo posible a una máquina en plena marcha, pues sectores como la infraestructura, la vivienda, la sostenibilidad ambiental, el desarrollo energético, la seguridad social y el empleo, y la justicia son vitales para el bienestar de los colombianos. No menos relevante es la decisión del primer mandatario de reestructurar el manejo administrativo de la Presidencia, retornando a la idea de la Secretaría General, que tiene la calidad de un ministerio, pero que se había pretendido convertirla en un poderoso superministerio cuyos resultados no se habían logrado consolidar y más bien, había generado una serie de conflictos al interior del mismo Gobierno e incluso desplazó tareas propias de otras dependencias.