Editorial

Un buen trimestre para comenzar

El dato del PIB de 2,2% entre enero y marzo se convierte en una cifra cargada de optimismo sobre el desempeño económico para lo que resta del año

Editorial

En términos de crecimiento económico siempre se quiere más y conformarse con 2,2% de crecimiento del Producto Interno Bruto en el primer trimestre es mediocre; pero si miramos la cifra con ojos de optimismo, las cosas no van tan mal como sucedió el año pasado, cuando en el mismo periodo solo alcanzó 1,3%. El punto ahora es que las cifras a los ojos del Dane no se pueden comparar fielmente, porque hay una nueva metodología que considera 12 sectores, en lugar de los nueve que se medían con la base 2005.

A primera vista hay varias razones para ser más optimistas que el año pasado sobre el comportamiento económico para lo que resta de este 2018: la inflación está dentro de los pronósticos del Banco de la República; las tasas de interés del Emisor están bajando desde hace varios meses; hay una leve recuperación de la confianza de los empresarios y consumidores; los precios internacionales del petróleo siguen subiendo, y el país político entra en la recta final para el cambio de Gobierno Nacional, suceso que aclarará las perspectivas económicas; eso, si ocurre lo que las encuestas electorales pronostican hasta ahora, y es que triunfa en las urnas una propuesta económica de libre mercado, respetuosa por las leyes del mercado, el papel productivo de las empresas y la seguridad jurídica.

A la luz de los resultados de la economía del primer trimestre, el sector que más creció entre enero y marzo fue el de las actividades financieras, que tuvieron una variación de 6,1%; seguido de la administración pública y defensa, los nuevos sectores que se tienen en cuenta para afinar la metodología y que a la postre tuvieron una variación anual de 5,9%. Nueve de las 12 actividades económicas tuvieron resultado por encima de la variación nacional de 2,2%, mientras que otras siete crecieron por encima del promedio. Los únicos tres sectores que tuvieron decrecimiento en este trimestre fueron -en su orden- las industrias manufactureras, que vieron una reducción de su actividad en 1,2%; seguido de la explotación de minas y canteras, que se redujo 3,6%; mientras que el sector de la construcción fue el que peor desempeño tuvo, con una contracción de 8,2%.

Son caídas notables especialmente en algunas regiones, pero es rescatable que son sectores cíclicos, como es el caso de la construcción. El de las edificaciones residenciales y no residenciales cayó 9,2%, pero se prevé una mejor dinámica en hogares y empresas, fruto de la transferencia de las tasas más bajas. Además, los que más caen son sectores cíclicos muy atados a lo que ocurre con el costo del dinero y el comportamiento de la inflación. Puede preocupar el deterioro del mercado laboral y la dinámica inestable en el nivel de ocupación, que según el Dane está generando presiones a la baja en el consumo con graves repercusiones en los recursos destinados a vivienda nueva.

El segundo trimestre, el que abriga los meses de abril, mayo y junio, tiene este año varias peculiaridades de buen aroma que hacen pensar que el comportamiento será igual o mejor que el primero: tasas bajas, inflación cayendo, petróleo caro, buen consumo y claridad electoral. Abril terminó y mayo poco a poco se acaba con abundantes lluvias, buena oferta de alimentos y expectativa de consumo creciente. Solo falta el sexto mes del año en el que hay puentes, vacaciones, Mundial de Fútbol y claridad sobre el nuevo gobierno.

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