Un ejemplo de democracia y madurez política
lunes, 16 de junio de 2014
<p>Los colombianos eligieron la continuidad como opción de gobierno para el siguiente cuatrienio.</p>
Los primeros análisis de lo ocurrido este domingo en Colombia parecen fáciles: sin duda alguna, la mayoría de los ciudadanos escogió la continuidad como opción de Gobierno para el siguiente cuatrienio, en la que se incluye la creencia de alcanzar rápidamente el fin del conflicto que ha azotado al país en los últimos 50 años.
La contundencia de los resultados muestra con claridad que la anterior fue la evaluación que determinó el triunfo del presidente-candidato, Juan Manuel Santos, sobre la opción que pregonaba una paz con condiciones y que encarnaba el exministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga, respaldada por el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
De cualquier forma, aunque la celeridad y eficiencia en el manejo de los datos por parte de la Registraduría Nacional del Estado Civil no deja duda sobre el resultado electoral, es importante anotar que la proporción final de las cifras lleva a considerar la necesidad de que el ejercicio democrático de consolidar el proceso de paz debe ser una prioridad del Gobierno para que más colombianos crean que es el camino más conveniente.
Por encima de esa consideración, hay otros elementos que deben guiar al ganador de la contienda, el primero de los cuales es la necesaria humildad para aceptar que hay una cantidad muy significativa de colombianos que no comparte totalmente sus ideas y programas. El trabajo de acercarlos parece ser el primer reto, lo cual no es simplemente una operación política de alianzas con quienes salieron derrotados.
Más allá del tema que absorbió la campaña presidencial y que llevó a una creciente polarización, hay otros asuntos que merecen la mayor atención del Primer Mandatario de los colombianos y que, sin duda, deberán ser incluidos en la agenda pública, asuntos que aunque fueron analizados en los debates que el país presenció, requieren la concreción en proyectos y planes. Algunos de ellos tienen que ver con las reformas a la educación, la salud y la justicia, que los ciudadanos reclaman sin distingos de partido o clase social.
Lo que está pasando en el campo colombiano debe ser objeto de una profunda reflexión por parte del Presidente y de su equipo de Gobierno, pues buena parte de la solución a los problemas de nuestro país, incluyendo las negociaciones de paz en La Habana, pasan por considerar y encontrar las salidas a la situación de este sector, clave en la ocupación territorial del Estado.
En forma sencilla pero con una gran gallardía y altura, el candidato Zuluaga reconoció el triunfo de Santos y anunció continuar con las banderas del Centro Democrático, organización que ya hace parte del panorama político colombiano y que nadie puede desconocer.
Juan Manuel Santos ha sido escogido como el mandatario de todos los colombianos y no solo de un sector o de alianza política. Sus primeras palabras lo confirman así, pese a las presiones a las que seguramente se verá sometido por parte de la clase política o de regiones que consideran haber aportado a su triunfo.
Colombia ha dado una demostración al mundo de que su democracia es sólida, capaz de imponerse a las adversidades y que su ruta promete un mayor bienestar y progreso.
Por el bien del país, que Dios ilumine al Primer Mandatario.