Editorial

Un rescate que no significa la salvación

Stiglitz respalda que la gente de los países desarrollados también se indigne por las imperfecciones del mercado

Stiglitz respalda que la gente de los países desarrollados también se indigne por las imperfecciones del mercado

“España tiene un grave problema y es que un rescate económico no significará su salvación. El Banco Central Europeo dijo la semana pasada que comprará deuda soberana española de manera ilimitada, pero bajo estrictas condiciones. Y estas mismas condiciones podrían convertirse en un veneno que España tendría que beber para seguir vivo”. Esta es la sentencia del premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, que  tiene muy nerviosos los mercados, pues es una de las voces más escuchadas en la economía internacional y en la academia.

Las tesis del Nobel de 2001 las acaba de lanzar en un nuevo libro titulado “El precio de la desigualdad” publicado por la editorial Taurus, en el que defiende mucha de la protesta social que se presenta desde hace un par de años en varios de los países del Grupo de los Ocho. El economista estadounidense respalda abiertamente que “los ciudadanos de los países desarrollados -como los movimientos Occupy Wall Street o 15M- se indignen ante la influencia que tienen los bancos y los mercados sobre los gobiernos (...) pues a su juicio, existen muchas imperfecciones económicas y políticas, y ha quedado demostrado que estos dos ámbitos, actualmente, están íntimamente ligados (...) Para acabar con los desequilibrios es necesario realizar reformas profundas en estos dos espacios, aunque la revisión prioritaria debe de ser la del sistema político. Los gobernantes tienen que volver a pensar en los ciudadanos y en su bienestar, y dejar un poco de lado a los bancos y los mercados”.

Sobre la situación española es pesimista en el corto plazo, pero afirma a renglón seguido que “no hay duda de que España saldrá de la crisis. Pero el camino que le espera puede ser muy largo y doloroso (...) sobre todo para las generaciones futuras. Además, el aspecto más frustrante para los dirigentes españoles es que están en manos de la Unión Europea y que la mejora de la situación económica no depende directamente de ellos”. Es una mirada poco alentadora en un momento en que se espera otra cifra récord en el número de desempleados  que se teme sobrepasen los seis millones de personas al terminar el primer semestre de 2012, claramente uno de los peores años de la reciente historia española.

Otra de las tesis interesantes del nuevo libro es la que plantea sobre la actual contienda electoral en Estados Unidos: “La campaña va a costar US$1.000 millones y ese capital proviene de las multinacionales y de los bancos. Estos protagonistas secundarios no aportan su dinero como un acto de caridad, sino como una inversión. Aquí se aplica la teoría de las puertas giratorias, que implica que todo lo que entra, termina regresando. Esto, una vez más, conlleva una sociedad llena de desigualdades”.