Editorial

Un seguro que necesita una verdadera cirugía

El asunto del Soat se ha convertido en una vena rota que a nadie le importa y en el que las autoridades no intervienen; los vendedores de motos también tienen parte de la culpa

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Diario La República · Un seguro que necesita una verdadera cirugía

Si las cosas les resultan a los vendedores de motos como lo tienen planeado, este año Colombia superaría a Estados Unidos como décimo país en ventas de unidades superando el millón, y nuestro mercado entraría al top 10 de las sociedades con más de estos vehículos nuevos en las calles. Eso está bien y no se puede desconocer que las motocicletas son una real solución a los problemas de movilidad en todo el territorio nacional: en la ruralidad desplazaron a los caballos y en las zonas urbanas les montaron una fuerte competencia a los sistemas de movilidad masiva basados en Transmilenio.

Los mototaxistas ya muerden un pedazo del mercado de los taxis y de las plataformas de transporte tipo Uber, sin que nadie los pueda reglamentar ni ordenar. Colombia atraviesa por una verdadera bonanza de motos en las calles, con todo lo bueno y lo malo que eso implica. Se han convertido en una fuerza de protesta social sin igual y las normas de tránsito no les hacen mella, es como si vivieran en el lejano oeste, donde todo vale. Y lo peor de todo es que la inmensa mayoría de los atracos, robos y asesinatos usan una motocicleta como aliada para las fugas, luego de haber perpetrado un acto delictivo.

A nadie parecen importarles ni los robos, los accidentes, las violaciones a las normas de tránsito y a los miles de muertos asociados a una moto. En donde sí se puede medir con creces el caos de los moteros y sus vehículos es en el llamado Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito, Soat, un eficiente instrumento del sector financiero que sirve para reparar los daños causados a un asegurado propietario del vehículo ante una eventualidad; también beneficia a acompañantes, pasajeros y peatones involucrados. Es un buen seguro que por su efectividad en el momento de un accidente, que son miles a diario en todo el país, ha llegado al tope de su servicio.

El Soat está estructurado para que independientemente de quién haya sido responsable de causar el accidente, el seguro cubra el traslado y movilización de las víctimas al centro de salud, los gastos médicos, farmacéuticos, hospitalarios, rehabilitaciones, prótesis o quirúrgicos a que hubiere lugar, las indemnizaciones por incapacidad permanente y hasta gastos funerarios en caso de muerte, compensación a beneficiarios, exequias, entierro, todas esas circunstancias que nadie quiere experimentar. Pero el abuso por parte de los usuarios tiene en S.O.S. al sistema, por varias situaciones que necesitan medidas urgentes de mediano y largo plazo para corregir los problemas.

La evasión es el primero de la lista y llega a 47% del parque automotor con corte al primer semestre del año, lo que quiere decir que 8,1 millones de los 17,55 millones vehículos del parque automotor no tienen el Soat vigente, de los cuales 79% corresponde a motocicletas (6,41 millones) y 11% a automóviles (921.730). El segundo mayor problema es que el Gobierno Nacional es quien determina los precios del seguro para la vigencia anual, sin embargo, lo hace con base en la siniestralidad del año anterior, y como la accidentalidad este año es mayor a la de 2021, “la tarifa no es suficiente”, lo que necesita un correctivo. Pero los mayores responsables de aportar en la solución son los vendedores de las motos, quienes no han logrado ser activos en proponer alternativas que mejoren la experiencia y las hagan más seguras. Es el momento para que todos los que ganan con las motos se hagan responsables de su buen uso.

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