Editorial

Una propuesta indecente que polariza y divide

Colombia sería el primer país en el que la gente salga a las calles a pedir más impuestos, pero esa mala idea generaría una división entre los que pagan impuestos y quienes no lo hacen

Editorial

Diario La República · Una propuesta indecente que polariza y divide

El ministro del Interior, Alfonso Prada, invitó a una “movilización popular” para presionar a quienes se oponen a la nueva reforma tributaria propuesta por el presidente, Gustavo Petro, y que busca recaudar cerca de $26 billones. El alto funcionario reforzó la idea explicando que sus palabras eran públicas porque “lo que decimos aquí, lo sostenemos en el Congreso y en todo el país”.

Sin duda, es una mala idea cargada de populismo que polariza y divide al país entre quienes pagan impuestos y quienes no lo hacen. El ministro Prada lanzó esa polémica propuesta en la convulsa región del norte del Cauca, azotada por una crónica inseguridad y ahora la creciente invasión de tierras. Por supuesto, dicha idea ha sido recibida por el sector productivo, las miles de empresas que generan empleo formal y pagan impuestos, con mucho pesimismo y tristeza, pues los impuestos solo se proponen (según la Constitución) por el Gobierno Central, discutidos en el Congreso de la República, recaudados por la Dian y gastados por las administraciones locales, regionales y nacional. Meterle un actor beligerante, como es armar protestas en pro de más impuestos a quienes pueden pagarlos, es implosionar una economía que crece gracias a la productividad de las personas naturales y jurídicas.

La democracia está en peligro con este tipo de propuestas cargadas de odio que vienen del Gobierno Nacional, del ministro de la política. Es muy peligroso que la misma autoridad que debe garantizar bienestar social, orden público y seguridad, empuje a las personas más necesitadas a pedir que la reforma tributaria sea aprobada por las malas. La base tributaria colombiana no ha variado mucho en los últimos años, las distintas tributarias siempre recaen en las mismas empresas y personas que están siendo forzadas a cambiar de actividad o irse.

El Gobierno Nacional, a menos de un mes de haberse instalado, no debe chocar sus estrategias políticas para conseguir las cosas que quiere. Pretender sacar una reforma tributaria, respaldada por la misma protesta social que lo llevó a la Casa de Nariño, es inviable y puede fracturar la sociedad, infringirle heridas de difícil curación a la economía y sembrar una lucha de clases que sería el germen de más décadas de confrontación social, situación antagónica de la paz total de que se habla.

Lo más seguro es que la invitación del Ministro a una “movilización popular” para aprobar la reforma tributaria, fue fruto de los calores y el frenesí de la plaza pública en el departamento más problemático del país; olvidando de paso que protestar no es hacer política, que hay que seducir con ideas novedosas y soluciones extraordinarias al problema de más recaudo de impuestos para hacer inversiones sociales. Quizá se le fueron esas palabras necias, que estamos seguros no son respaldadas por el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, incluso ni por el mismo presidente Petro.

Quienes se mueven de protesta en protesta y solo ven eficacia en ese instrumento constitucional de conseguir logros políticos, no pueden ser tan bipolares de hasta hace un año tumbar a todo el equipo económico por proponer una reforma tributaria y, ahora, llamar a las calles a pedir que se apruebe su propia reforma. Es absolutamente loco y falto de coherencia manipular a las personas como si no tuviesen conciencia de las cosas.

TEMAS


Ministerio del Interior - Reforma Tributaria - Gobierno Nacional