Editorial

Valor compartido en tiempos de posconflicto

<p>Las empresas jugarán un papel determinante cuando el acuerdo de paz sea realidad y las tesis de Porter bien valen la pena.</p>

Michael Porter, el viejo gurú del mercadeo de los años 90 y pionero de la responsabilidad social empresarial de la primera década del siglo XXI, es ahora el ‘profeta’ de un nuevo concepto socio empresarial que se imponen en las corporaciones occidentales, particularmente entre las multinacionales que tienen presencia en países  en desarrollo. Se trata del ‘valor compartido’, una serie de conceptos que buscan evolucionar la relación entre empresas-comunidades-gobiernos, y que a juicio de éste profesor de Harvard, “es un gran puente que no solo une a la sociedad, sino que crea consensos y aporta las herramientas más fuertes para dar confianza en una sociedad de posconflicto”. Una idea que vale la pena retomar en tiempos de la construcción de paz.

Ante más de medio millar de empresarios, Porter, se mostró orgulloso del progreso de Colombia a pesar de su historia, de su violencia y de su inseguridad. “Es casi un milagro (...) teniendo en cuenta el difícil camino que ha tenido que recorrer el país”. El valor compartido rompe los tradicionales esquemas filantrópicos de responsabilidad social y aporta ideas innovadoras de negocio exitosos con base en compartir realmente los beneficios. La idea es simple: se busca resolver problemas sociales, sin perder la óptica de los negocios rentables, de tal manera que el trabajo comunitario y corporativo vayan de la mano. En pocas palabras el valor compartido construye culturas empresariales que crean riqueza y generan utilidades, un objetivo histórico pero ahora sincronizado con las búsqueda de soluciones a los problemas o necesidades sociales.

Y sin lugar a dudas las empresas en los tiempos de posconflicto que se avecinan tendrán que reacomodar su relación con sus entornos. Dice Porter que el impacto del valor compartido en el PIB es de dos clases: uno es que expande el mercado, crea nuevas oportunidades de crecimiento y nuevos negocios, así que de esta manera se expande la economía. También permite que las compañías operen de manera más eficiente y reduce sus costos. “Nosotros encontramos países donde las oportunidades para el crecimiento en productividad recaen en el valor compartido”.

Está claro que una de las áreas del valor compartido es traer a personas de bajos ingresos al sistema económico. Por ejemplo -dice Porter- los pequeños productores. “Ellos tienen ingresos pequeño, tienen un pedazo de tierra en el que crecen sus cultivos. Con el concepto, las empresas más grandes trabajan con ellos y mejoran los métodos, les proveen asistencia técnica, les ayudan a mejorar sus productos, y esto implica que los precios suban”. En tiempos de paz es mucho lo que se debe trabajar entre empresas y comunidades, y en ese orden de ideas los conceptos de Porter pesa mucho.