Editorial

Venezuela y la posibilidad del impago

El dilema de Trump es dejar que la economía de Maduro se rompa sola, pero en sus manos está un embargo que sería una metástasis sin saber qué pase

Editorial

Los cinco meses que restan del año no serán nada fáciles para Venezuela. El vecino país enfrenta a todos los jinetes del Apocalipsis económico sin herramientas a la mano y con una mermada credibilidad internacional. La inestabilidad de los precios del petróleo y la consecuente caída en la extracción de crudos, ocasiona que el ingreso en divisas no sea fluido, por lo que se compromete la capacidad de pago de la deuda externa. Así la administración de Maduro siga pagando la deuda a países y bancos, y exista la voluntad de pago que hasta el momento ha demostrado, es muy difícil mantener esta situación a flote, máxime cuando es un imperativo robustecer el aparato productivo para aminorar el desabastecimiento, quizá el principal foco de protestas callejeras.
Según los análisis de Bloomberg, la posibilidad de que Venezuela caiga en impago durante los próximos 12 meses aumentó a 56%, uno de los niveles más altos. La historia ha demostrado que casi nunca un país en estos niveles de desconfianza haya podido revertir la situación. Bloomberg tiene un índice que se llama el Índice Café con Leche, el cual usa para medir día a día el precio de una taza de café para mirar cómo fluctúa el Índice de Precios al Consumidor, y cuando se aplica para Venezuela se tiene que desde agosto del año pasado ha subido 411%.

La coyuntura es más que caótica, el servicio de la deuda se lleva más de 50% del ingreso petrolero, una situación que se hace cada vez más insostenible en el tiempo y que se extenderá por casi una década. Se enfrenta a pagos de capital e intereses de más de US$5.000 millones en el resto del año. En el primer trimestre del próximo año, el Gobierno chavista debe pagar US$8.000 millones por vencimientos de los bonos de Pdvsa y la Nación a sus tenedores en el mercado externo. A estas obligaciones se suma otra, no menos importante, como es pagarle a los chinos unos US$4.000 millones. Las reservas internacionales (a corte del 21 de julio) están en US$9.968 millones. Las cuentas son claras, no hay mucho margen de maniobra para poder negociar y los chavistas y militares en el poder cada vez están más acorralados, paradójicamente no por las protestas, ni las necesidades de sus compatriotas, sino por las deudas internacionales.

Entender la situación de Venezuela es muy fácil: un modelo económico errático aupado por un sistema político inconsistente hizo que el PIB se contrajera desde hace un lustro. A esto se sumó la caída sostenida de la producción de petróleo, y en consecuencia la deuda externa se disparó. Maduro, mal asesorado y mediocre como líder, ha sacrificado de países vecinos contrarios a su régimen las importaciones de alimentos, medicinas, materias primas, insumos, maquinarias, equipos y repuestos, justo todo lo que hoy necesita para reavivar la economía y mitigar literalmente el hambre de la gente.

Aún Venezuela exporta 780.000 barriles por día de petróleo a Estados Unidos, que mayormente le paga en efectivo y mantiene viva la economía, pero con una simple sanción de Trump a los militares chavistas, las cosas cambiarían radicalmente. Un embargo petrolero de Estados Unidos sobre Venezuela implicaría perder 75% de las exportaciones y así las cosas al régimen le quedarían pocos meses. La calificación de Venezuela según S&P es de CCC negativa, una de las peores del mundo y según las cuentas de la firma estadounidense el PIB se contraerá por lo menos 6%, la inflación será de 950% en 2017 y el desempleo subirá a 25,3%. Todo este marco para las elecciones para escoger a los constituyentes que estarán en la Asamblea Constituyente que se realizarán el domingo 30 de julio.

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