Vuelve y juega la pérdida de competitividad
sábado, 5 de octubre de 2024
El Banco Mundial cerró su doing Business por brotes de corrupción, ahora ha resucitado en forma de Business Ready, qué es y cómo ser más competitivas las empresas y la economía misma
Editorial
Los arqueólogos del concepto de competitividad ubican sus inicios durante el mercantilismo de los siglos XV y XVI, pero los más puristas la vinculan con la aparición de los métodos económicos clásicos del liberalismo económico, es decir en tiempos de Smith y Ricardo; todo un debate muy interesante que no es este el momento para acentuarlo, pero sí advertir que es el termómetro actual que explica una de las razones por las que los países saltan del subdesarrollo al desarrollo pleno.
Smith ve la competitividad como la especialización o evolución de la economía para minimizar costos, y fuerza la idea de organizaciones competentes e incompetentes. El padre moderno de la competitividad es Peter Drucker, quien en los años 60 y 70 crea una verdadera escuela de la competitividad global. Al punto que la banca multilateral y la academia desarrollaron termómetros, indicadores, listados y rankings de países competitivos y factores de competencia.
La tendencia se convirtió en una moda para calificar y descalificar gobiernos, que se esmeraban por aparecer como competitivos, pero a la postre compraban sus ubicaciones en los informes. Pecado que llevó al Banco Mundial a descontinuar su Doing Business, porque encontraron que los altos directivos de la entidad presionaron a los trabajadores del estudio para modificar los datos que afectaban a la clasificación de China en 2018, y las de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiyán en 2020.
Ahora, ha lanzado el Business Ready con una metodología más avanzada para medir qué tan competitivos son los países, de tal manera que estos puedan identificar elementos de mejora. Es apenas lógico, porque los países implementan elementos de mejora normativa en sus economías para ser más competitivos y poder atraer más inversión extranjera o facilitar a las empresas normas flexibles y modernas sobre el desarrollo del libre comercio.
Los países permanentemente realizan cambios regulatorios con el objetivo de tener mejores resultados en la clasificación, pero en realidad no se implementaban reformas que tuvieran impactos verídicos en la mejora del clima empresarial.
Rusia pasó del puesto 125 en 2010 al 28 en 2019 tras la orden del presidente, Vladimir Putin, de modificar la regulación orientada a los indicadores, pero en ese mismo periodo bajó el número de nuevas empresas y aumentó la cantidad de quiebras. Una manera de decir que la competitividad no se consigue por decreto, sino que es una consecuencia de una cultura gubernamental y empresarial enfocadas a ser competitivas, como puede ser el caso de Singapur, Corea del Sur o Chile.
El Business Ready es una versión mejorada de cómo poner a competir las distintas economías y al mismo tiempo adopta protocolos contra la corrupción. A Colombia le va mal en todo lo que tiene que ver con la competitividad, más si se miden los últimos dos años, no se avanza en la cantidad de normas que asfixian las decisiones empresariales.
La regulación, la eficiencia, los servicios públicos, las infraestructuras siguen siendo temas a vencer, no hay mucha evolución, y el país sigue enredado en mediciones obsoletas y dominado por un centralismo abrumador. No hay competencias regionales, no se puede competir entre regiones y ciudades, y la inseguridad sigue siendo el gran dolor de cabeza para hablar de ser más competitivos. En pocas palabras, se está involucionando.