Editorial

¿Y la calidad de las universidades qué?

Es un buen indicador que Colombia sea el segundo país de la región con más estudiantes universitarios, pero aún hay que trabajar en la calidad.

Editorial

Un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), entidad a la que Colombia entró hace apenas dos meses, muestra que el país es el segundo de Latinoamérica con más universitarios (por encima de México) y el número 32 entre 37 naciones calificadas por este club de las buenas prácticas a nivel mundial. De acuerdo con la medición, 22,2% de los colombianos entre los 25 y los 64 años ha completado algún tipo de educación terciaria. El primer lugar a nivel global se lo lleva Canadá, que registró una cifra de 56,27%; seguido de Japón, con 50,5%; Israel, 49,9%; Corea del Sur, 46,86%; y Reino Unido, 45,96%. Según el Modelo de Indicadores del Desempeño de la Educación (Mide), realizado por el Ministerio de Educación, el número de egresados de programas universitarios de pregrado aumentó 30% durante los últimos cinco años, mientras que para los programas de posgrado el alza fue de 90%; además, la cobertura en educación superior subió 20 puntos en la última década, pues pasó de 31,6% en 2007 a 51,2% en 2016, de acuerdo con el mismo documento.

Las cifras de la cobertura en educación están mejorando, pero las instituciones universitarias aún no figuran en los rankings de calidad a nivel latinoamericano. Solo la Universidad Nacional y la Universidad de Los Andes aparecen por Colombia dentro del listado que publicó la semana pasada la consultora Shanghai Ranking, uno de los más importantes de su tipo a nivel mundial, y ninguna de estas dos instituciones se ubican entre las primeras 500: mientras que la Nacional se posicionó entre las 700 mejores, Los Andes lo hizo entre las 900 mejores. Sin embargo, las instituciones educativas de la región ocuparon mejores lugares: la primera de Latinoamérica dentro del listado fue la Universidad de Sao Paulo, que se ubicó entre las 150 mejores. Le siguieron la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional Autónoma de México, que quedaron entre las 200 mejores del mundo. El país de la región que más instituciones de este tipo incluyó en el ranking fue Brasil, con 23 universidades, de las cuales seis están incluidas dentro del top 500. Le siguieron Chile, con cuatro, México y Argentina, con tres y Colombia tan solo con dos. Y otro dato para preocuparse: de las cinco naciones de la región, Colombia es la única que no cuenta con ninguna institución dentro del top 500 del informe.

Esta situación se repite de ranking a ranking, en los que a pesar de que hay presencia de las instituciones colombianas, es mínima, y el avance (si lo hay) no es de gran importancia. Es cierto que las cifras de cobertura universitaria y de los colombianos con títulos de educación terciaria están mejorando, y además, ya es un logro que estemos entre los países medidos en el club de las buenas prácticas, pero ahora hay que usar esos indicadores para mejorar la calidad de la educación superior, y que las universidades colombianas sean cada vez más un referente a nivel internacional. Las instituciones universitarias deben entrar en la competencia como ya lo hicieron sus pares latinoamericanas, y mejorar el nivel académico de sus docentes, la calidad de su producción intelectual y su infraestructura, entre otros factores, para que esto redunde en el reconocimiento de sus programas académicos a nivel internacional.

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