Editorial

¿Y si la gasolina sube, qué le pasa a la inflación?

La repuesta es lógica: subir los combustibles dispararán la ya alta variación de los precios, pero el Fondo de Estabilización está al debe, es fundamental dejar estas cuentas en orden

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Diario La República · ¿Y si la gasolina sube, qué le pasa a la inflación?

Colombia tiene la tercera gasolina más barata de la región, un galón vale poco más de US$2, precio muy barato solo superado en bajos costos por el mercado venezolano y boliviano. Permitir que los consumidores de los distintos combustibles gocen de precios mínimos solo se logra con el millonarios subsidio que el Gobierno Nacional ha dispuesto para ello. La paradoja es que Colombia es un gran productor y exportador de petróleo, saca del territorio unos 750.000 barriles diarios, pero sigue siendo un importador de derivados del crudo, todo un lastre, muy a pesar de que en los últimos años se han hecho grandes inversiones, como Reficar y la modernización de la Refinería de Barrancabermeja, pero se siguen en deuda.

El Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles tiene origen en el artículo 69 de la Ley 1151 de 2007 mediante el cual se le brinda la estructura y deja en manos del Ministerio de Minas y Energía el control a los refinadores e importadores mediante un cálculo de la posición neta, pagos con cargo los recursos del Fondo; comité directivo y funciones; administrador, naturaleza de los recursos, créditos extraordinarios, entre otras disposiciones. De esa fecha para acá, las cosas se han ido modificando con el paso de gobierno y ministros; en 2011 por ejemplo, le habilitaron acceso a créditos extraordinarios para atender las obligaciones del Fondo de Estabilización.

Durante el segundo Gobierno de Juan Manuel Santos, y bajo el plan de desarrollo, Prosperidad para Todos, define el origen de los recursos necesarios para su funcionamiento. El Fondo no tiene personería jurídica, está adscrito y es administrado por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y su rol es atenuar en el mercado interno y el impacto de las fluctuaciones de los precios de los combustibles en los mercados internacionales. Pero su estructura, los recursos, el cálculo de la llamada posición neta, el Comité Directivo y sus funciones, se han ido enrareciendo y el déficit aumentando, pues el mercado ha cambiado y por decisiones políticas del Ejecutivo de turno, el precio de los combustibles no han aumentado al ritmo que el mercado lo dicta.

El presidente Duque, en su “Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad”, definió que los subsidios a nivel nacional para los combustibles líquidos, biocombustibles y gas combustible, se revisarán con el fin de establecer una metodología eficiente que garantice un precio competitivo y la mejor señal de consumo para los usuarios, sostenibilidad fiscal y la pertinencia de su ajuste gradual, sin que exista concurrencia de subsidios entre estos y se estableció una nueva metodología que posibilite nueva estructura con sostenibilidad fiscal.

Una compleja telaraña en este momento de alta inflación mundial, cuando los subsidios de transporte de combustibles son altísimos y los esquemas de sobretasa que aplican los municipios se han convertido en el ingreso rey de los alcaldes. Lo responsable es que el Ministerio de Minas debe subir el valor del galón de gasolina y de otros combustibles para que el déficit del Fondo no siga subiendo, hoy avaluado en unos $14 billones, una cifra equivalente a una reforma tributaria. El punto es que esta situación no debería estar en la agenda pues Colombia está vendiendo mucho petróleo a muy buenos precios. Quizá la fórmula hay que cambiarla.

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Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc) - Petróleo - Ministerio de Hacienda