Editorial

Zuckerberg se suma a la filantropía de Gates y Buffett

<p>La filantropía de los empresarios más representativos de Estados Unidos es el mejor ejemplo que le da al mundo una economía desarrollada</p><p>&nbsp;</p>

Una de las noticias económicas del año tiene como protagonista al co-fundador y consejero delegado de Facebook, Mark Zuckerberg, quien a los 31 años decidió donar 99% de las acciones de la pionera red social valorada en US$45.000 millones para “proyectos sociales, que trabajen un mundo más igualitario impulsando la equidad y el potencial humano”.

La loable iniciativa social se desprende del ejemplo dado por Bill Gates, cofundador de Microsoft quien decidió hace siete años crear y dedicarse a la Fundación Bill & Melinda Gates que ahora cuenta con un fondo de US$40.000 millones. El otro icono de la filantropía es Warren Buffett quien ha aportado económicamente a la iniciativa de Gates y ha desarrollado emprendimientos sociales en está línea de solidaridad. Claro está que todas estas acciones, transformadas en donativos, conllevan millonarias deducciones fiscales que terminan beneficiando a sus compañías.

Más de 150 millonarios de Estados Unidos o con negocios en ese país, desarrollaron un proyecto conocido como, The Giving Pledge, que busca animar a los empresarios exitosos a donar la mayoría de su fortuna a proyectos filantrópicos, una idea que se ha convertido en toda una tendencia en términos de responsabilidad social empresarial, que seguramente generará un efecto dominó en otros países. The Giving Pledge ha convocado a otros millonarios como Michael Bloomberg, Ted Turner, George Lucas, Larry Ellison y Stephen Case, entre otros, en torno a proyectos sensibles y transformadores en varios países muy pobres. Claramente existe la tendencia en los empresarios más exitosos de Estados Unidos de preocuparse por los problemas sociales de sus comunidades.

Si bien estas ideas en tiempos de globalización suenan innovadoras desde el punto de vista social, vale la oportunidad para recordar que estas acciones no son nuevas en Estados Unidos y que gran parte de su desarrollo económico y equidad social se le debe al sentido filantrópico de los empresarios exitosos. En el siglo XX y finales del XIX, empresarios de la talla de Andrew Carnegie y John Rockefeller, también donaron dinero a organizaciones sociales y se diferenciaron de sus competidores por sus acciones sociales y desprendidas de toda milimetría tributaria.

La noticia de Zuckerberg ha trascendido porque solo tiene 31 años, una vida por delante de trabajo y porque es, sin lugar a dudas el joven más influyente de lo que llevamos del siglo XXI. Dicen los medios sobre el acontecimiento filantrópico que “Peter Buffett, hijo del oráculo de Omaha y presidente de una fundación beneficiada por su padre, plantea en cada conferencia a la que asiste: “¿Es el progreso realmente que haya conexión de wifi en cada esquina? No. Es cuando en ningún lugar del planeta se vende a una niña de 13 años para sexo”.