Responsabilidad Social

Ciudades japonesas afectadas por el tsunami impulsarán la energía verde

Bloomberg

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Al igual que muchas ciudades de Japón, la ciudad de Rikuzentakata se hallaba en decadencia aún antes de que el tsunami del año pasado matara a 1.700 de sus 24.000 habitantes y destruyera la mayoría de los edificios de la ciudad.

En vista de que dos tercios de los residentes quedaron sin vivienda, el alcalde de la ciudad, Futoshi Toba dudaba de que la ciudad pudiera recuperarse. Los daños sufridos por la infraestructura y la economía, 'obligarían a la gente a mudarse para conseguir empleos', afirmó Toba.

Tras 16 meses de la catástrofe, la ciudad intenta reconstruirse de una manera que, según Toba, reinventaría la región y proveería un modelo para superar los obstáculos que han trabado la economía durante más de 20 años: la población más vieja en el mundo en desarrollo, la pérdida de competitividad industrial frente a China y Corea del Sur y la dependencia de los combustibles fósiles importados.

Rikuzentakata forma parte de un programa gubernamental destinado a crear una de las primeras ciudades ecológicas o `ecociudades`. Serían más pequeñas y más autosuficientes y bajarían los costos gracias a la tecnología y crearían nuevos empleos en energía renovable para reemplazar los perdidos a consecuencia del deterioro de la agricultura y la industria pesquera.

Las ecociudades pueden abrir el camino, aseguró Hideaki Miyata, profesor de ingeniería en la Universidad de Tokio que asesora a los funcionarios locales en el plan.

Después del tsunami, Rikuzentakata aunó fuerzas con las localidades de Ofunato y Sumita en el distrito de Kesen. Solicitaron ayuda de conformidad con el programa oficial FutureCity, que cuenta con un presupuesto anual de US$12,5 millones para crear programas de desarrollo urbano que promocionen la protección ambiental y el uso de energía limpia.

El objetivo del proyecto Kesen es generar por lo menos 50% de la electricidad de la región mediante fuentes solares y otros tipos de energía limpia, reduciendo la dependencia casi total de Kesen de Tohoku Electric Power Co., la quinta empresa de servicios públicos más grande del Japón, y bajar los costos de la electricidad para los 67.000 habitantes de la zona.