Ambiente

Colombia es el país con menor tratamiento seguro de aguas residuales en la región

Gráfico LR

Según la Ocde, en la región latina se necesitará una inversión de US$16.850 millones adicionales, hacia 2030, para cerrar las brechas de tratamiento

Juan Camilo Quiceno

A pesar de los avances en el acceso a agua potable y servicios de saneamiento, América Latina todavía exhibe grandes brechas en cuanto a la cobertura de este servicio esencial.

Según los datos consignados en un informe elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde, mientras que en áreas desarrolladas —como Norteamérica y Europa— solo 14% de las aguas residuales no recibe tratamiento, en Latinoamérica esa tasa sube a un alarmante 54%.

"Esta falta de tratamiento genera riesgos físicos para el agua desde moderados hasta extremadamente altos, afectando de forma desproporcionada a las zonas rurales: mientras que 40% de las aguas residuales domésticas se trata en zonas urbanas, solo 9 % se trata en comunidades rurales", anotó la Ocde en su documento.

Realidad por países

El informe de la Ocde incluyó el porcentaje de los flujos de aguas residuales domésticas tratados de forma segura en los países latinoamericanos; y ahí se observa que Colombia es el más rezagado, pues con los datos disponibles hasta 2022, solo trata de forma segura 18,8% de esos caudales.

Tal como cita la organización, "entre los países seleccionados, sólo Chile y México tratan de forma segura más del 60% de las aguas residuales domésticas. Argentina, Brasil y Perú tratan con seguridad entre el 35% y el 60%, mientras que Colombia, Costa Rica y Paraguay gestionan entre el 15% y el 30%".

Honduras y Uruguay, por ejemplo, carecen actualmente de sistemas de seguimiento de este indicador.

Los sistemas de aguas residuales también son responsables de generar emisiones de gases de efecto invernadero, GEI, tanto directamente (a través de la descomposición de las excretas liberadas al medio ambiente) o durante los procesos de tratamiento, como indirectamente a través de la energía necesaria para los pasos de tratamiento.

Ese 54% de aguas no tratadas en la región, de acuerdo con las métricas canalizadas por la Ocde, se traduce en que 72 millones de personas (10,8%) siguen sin tener acceso a servicios de saneamiento gestionados de forma segura en la región.

"En los entornos urbanos, 19% de la población carece de acceso a agua potable gestionada de forma segura y el 40% a servicios de saneamiento gestionados de forma segura, mientras que en las zonas rurales, casi la mitad de la población (47%) carece de acceso a agua potable gestionada de forma segura", anotó la Ocde.

Carlos Jiménez, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de La Sabana, indicó que, entre las consecuencias de esa falta de tratamiento, se incluye la contaminación de cuerpos de agua (ríos, lagos, océanos etc), lo que impacta negativamente los ecosistemas acuáticos por disminución del oxígeno disuelto, exceso de nutrientes (que puede causar eutroficación), disminución de poblaciones.

También, mencionó que pueden presentarse problemas de salud en la población por consumo de agua contaminada y afectaciones económicas por la pérdida de vocación económica de los cuerpos de agua contaminados.

Inversiones por delante

Las infraestructuras hídricas existentes, conforme con el documento de la Ocde, son insuficientes para garantizar la cobertura universal de agua potable y saneamiento, mientras que el crecimiento demográfico y la urbanización agravan la presión sobre la demanda y el suministro de agua.

Un total de 7,2% de la inversión total (pública y privada) entre 1990 y 2018 en América Latina, se destinó a servicios esenciales, incluyendo electricidad, gas y agua.

En 2021, la inversión en infraestructuras hídricas representaba el 0,26% del PIB de la región, una de las más bajas en el ámbito mundial. En ese contexto, el informe de la Ocde, apuntó que "las estimaciones indican América Latina debe invertir US$255.970 millones en infraestructura para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 (Agua limpia y saneamiento) en 2030, lo que equivale a 0,5% del PIB regional anual.

De esos US$255.970 millones, según la Ocde, "US$183.800 millones son necesarios para colmar las lagunas existentes, mientras que US$72.200 millones son necesarios para satisfacer la demanda futura de agua. Además, para cerrar la brecha de tratamiento de aguas residuales se necesitarán US$16.850 millones adicionales, lo que representa un aumento de 7% en las necesidades totales de inversión".

Se espera que la demanda de agua en Sudamérica aumente hasta 50% en 2050 en comparación con 2010 debido al crecimiento de la población y de los ingresos, alcanzando 5% de la demanda mundial para esa fecha (actualmente es el 4%).

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