Conocimiento para la transformación social
jueves, 13 de junio de 2019
El conocimiento es el pilar fundamental de los programas de voluntariado que se alejan de la mirada filantrópica y asistencialista y que buscan que sean las comunidades las gestoras de su propio bienestar.
Lina María Montoya
“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”, dijo alguna vez el escritor Eduardo Galeano. Desde esa mirada, las empresas vemos en los voluntariados una práctica extendida que busca aportar a la transformación de las comunidades a través de la participación activa y desinteresada de las personas en actividades enfocadas en resolver necesidades y problemáticas del mundo actual: pobreza, desigualdad, cambio climático, entre otros.
Aproximadamente uno de cada tres colombianos ha realizado alguna actividad de voluntariado en su vida. Además, se calcula que existen más de 63.000 organizaciones solidarias en las que hay alrededor de 13.000 fundaciones que dedican tiempo, dinero y conocimiento para ayudar a los demás. Y precisamente ese último elemento, el conocimiento, es el pilar fundamental de los programas de voluntariado que se alejan de la mirada filantrópica y asistencialista, y que buscan que sean las comunidades las gestoras de su propio bienestar.
¿Cómo aporta el conocimiento a la transformación social? Tal vez la respuesta no sea tan clara en un contexto en el que, por tradición, las acciones voluntarias están enfocadas en una solución específica como la limpieza de una quebrada, pintar una escuela, entre otras que, en comparación con voluntariados basados en el conocimiento, no es tan fácil hacerles un seguimiento en el tiempo. La transferencia de conocimiento a través de estas acciones, además de dejar capacidades instaladas en las personas para que tomen un rol más activo y protagonista en el crecimiento, desarrollo propio y de sus comunidades, permiten que sean medidas y gestionadas.
No se trata de desestimar una forma de voluntariado sobre otra, se trata de preguntarnos cómo generamos cambios positivos en nuestro entorno compartiendo aquello que sabemos, nuestros talentos y experiencias con quienes lo necesitan. Está bien limpiar una quebrada, ¡maravilloso! ¿y si además de eso enseñamos a los habitantes de las zonas cercanas a separar correctamente los residuos?, ¿no habría, tal vez, un impacto más grande y en especial, duradero en el tiempo?
En los voluntariados corporativos los empleados son clave para materializar el compromiso de sus organizaciones con la transformación de los territorios en los que hacen presencia y sus conocimientos pueden ser de gran utilidad para este propósito, es por esta razón que un voluntariado corporativo debe trascender lo filantrópico y poner el principal activo de una empresa, es decir las personas, al servicio de las comunidades.
En el Grupo Bancolombia hemos hecho de la transferencia de conocimiento el componente fundamental de nuestra estrategia de voluntariado liderada por la Fundación Bancolombia, cuyo fin es dejar capacidades instaladas en los territorios a través de la suma de los saberes y experiencias de los empleados de nuestra organización, centrándonos en la generación de oportunidades para las personas de forma sostenible. De igual forma, entendemos el voluntariado corporativo como la herramienta fundamental que nos permite entender la realidad de nuestro entorno, que nos ayuda a repensar cómo nos vinculamos a ella y a reinventarnos como compañía.
Este año, en la celebración de los 50 años de la Fundación Bancolombia, haremos el primer ‘Vamos Colombia’. Es un voluntariado que cuenta con una metodología diseñada por la Andi y que busca inspirar al sector privado a trabajar por la reconciliación y el campo colombiano, a través de actividades de transferencia de conocimiento para las comunidades. A partir de mañana y durante tres días, 100 empleados del banco realizarán esta labor en las veredas La Herrera y Serranías, del municipio de Jardín, Antioquia.