Responsabilidad Social

De los equipos de trabajo a las comunidades de práctica

Ronald Silva

Sin embargo, un intento de respuesta basado en las experiencias compartidas en el sector de las organizaciones empresariales y sociales, es que es importante para avanzar en nuestra capacidad de generar un trabajo cada vez más articulado, que permita compartir las mejores prácticas y escalar sus  resultados; para permitir hacer uso de la experiencia y el aprendizaje colectivo, que multiplique la capacidad de emplear de la mejor forma las competencias de las personas en función de un propósito. El conocimiento se ha convertido en un activo intangible en cualquier organización y se ha constituido en un elemento clave para obtener diferencia competitiva.

No obstante, más allá de las definiciones, teorías y modelos alrededor de la gestión del conocimiento, lo que resulta útil y de especial interés es el abordaje respecto a cómo dinamizar estos procesos en las organizaciones. Para esto, se parte del supuesto comúnmente aceptado que las empresas en realidad están compuestas y dinamizadas por sus colaboradores, quienes a su vez funcionan en equipos de trabajo, según las necesidades y objetivos. 

Se deben concentrar los esfuerzos en implementar estrategias dirigidas a las personas para que el impacto de las mismas trascienda a la organización y permita afianzar el logro de resultados sostenibles. En este sentido, un aspecto importante para dinamizar la gestión del conocimiento en las organizaciones, consiste en pasar de un enfoque de funcionamiento en equipos de trabajo para transformarse en lo que se ha denominado como comunidades de práctica.

Los equipos de trabajo, generalmente no tienen enfoque en colaborar para documentar y compartir los aprendizajes de su trabajo, sino que están enfocados en la solución de problemas cotidianos y en la ejecución de entregables específicos. Por su parte, las comunidades de práctica están conformadas por una red de individuos que comparten alguna problemática, propósito o interés común, quienes se reúnen y colaboran para identificar soluciones comunes y compartir buenas prácticas e ideas alrededor de un objetivo común. 

Las comunidades de práctica gestionan su dominio de conocimiento con énfasis en la innovación y el desarrollo de mejores prácticas asociadas, garantizando la conservación y transferencia del mismo a través de prácticas de colaboración, retroalimentación y documentación permanentes. 

Aunque, al igual que los equipos de trabajo, las comunidades de práctica deben tener metas específicas y ciertos protocolos de conducta y disciplina, éstas también son responsables del desarrollo y evolución al largo plazo del dominio y transferencia del conocimiento que se origina y está en las personas. El compartir conocimiento requiere confianza, esta debe ser visible y comenzar desde el nivel superior. 

Así mismo, se requiere reconocer el conocimiento con el que se cuenta y el conocimiento que hace falta para realizar análisis ajustados a la realidad y que permitan generar innovación para desarrollar alternativas diferentes para conseguir los resultados esperados con los recursos que se tengan disponibles.

Se puede decir que los problemas de la sociedad precisan de las capacidades combinadas de muchos seres humanos, especialistas en distintas disciplinas y potenciadas por la tecnología, especialmente por redes como internet. Avanzar en la capacidad de trabajar en comunidades de práctica es el mejor camino para articular estos esfuerzos y generar organizaciones más sostenibles, eficientes y productivas.