El año para hacer “clic” con la Responsabilidad Social
jueves, 31 de enero de 2019
Acciones desde emplear horarios flexibles
Lina María Téllez Marmolejo
La Responsabilidad Social como estilo de gerencia, como manera de ser de una organización debe trascender las aulas, las conferencias, los congresos, las redes sociales, el plan estratégico y, ojalá, las líneas de esta columna.
Si usted hace parte de una empresa donde están dudando sobre cómo implementarla, este es el año para que pongan fecha y lugar a la cita con una gestión más sostenible y ¿esto qué significa? ¡Nada para preocuparse!
Comiencen por evaluar qué podrían hacer mejor (hay herramientas como la ISO 26.000 que ayudan a hacerlo con objetividad) y cómo extender el beneficio mínimo que su negocio o propósito pueden generar: comparta lo que sabe, logre que sus iniciativas partan de lo que sabe hacer, pague más temprano a ese proveedor, aventúrese en un plan de horario flexible, piense en las necesidades particulares de su gente, realice una campaña a cero costo donde pueda reconocer a quienes ahorren un poco de algún recurso que en un año genera gran impacto en su presupuesto y en el planeta. Seguro el balance será positivo, en todo lugar hay acciones que van por buen camino.
Si usted hace parte de una empresa que ya tiene un área de responsabilidad social, un informe de sostenibilidad GRI Standards o cuenta con presupuesto, no deje pasar más tiempo sin dar un paso extra. Revise sus publicaciones sobre el tema y tenga un diálogo honesto sobre cuáles son las iniciativas que se han ido quedando en el tintero o los indicadores que no han logrado medir. Arriésguese a inspirar a otros. Siempre he pensado que anunciar un plan de Responsabilidad Social o una declaración corporativa sobre el tema, significa exponerse. Expóngase, participe en ponencias, publique en su página web, difunda las acciones que realiza para que tenga oportunidad de recibir retroalimentación.
No hay nada particular para que este año sea el del clic, es solo que el próximo se nos hará más tarde y el costo ambiental, social y económico seguirá siendo más alto; el desafío será mayor y la oportunidad de mitigar más lejana.
A manera de cierre dejo una lista de ideas y preguntas para que no se acabe febrero sin tener la certeza de que este año sí haremos la diferencia:
1. Apadrine a un proveedor ¿cómo? Articule su primer programa de voluntariado corporativo o si ya cuenta con uno, esta puede ser una nueva línea de trabajo. No importa el tamaño de su organización, su equipo tiene mucho para aportarle a ese proveedor para que se desarrolle, formalice y crezca.
2. Trate de realizar su primer informe de sostenibilidad. Cada vez es más amigable; aprovéchelo para detectar en qué punto se encuentra y qué camino le falta por recorrer. Si ya tiene un informe de sostenibilidad, trate de hacer que se entienda mejor y que más personas lo lean ¡Gran reto!
3. Evalúe su manera de trabajar con la gente. Puede ser que ya tenga grandes avances pues todo lo que está más allá de los beneficios de ley, lo sitúa en el terreno de la Responsabilidad Social.
4. Si su presupuesto lo permite invierta en nuevos sistemas de iluminación para las oficinas. Si no es viable, revisen la manera de aprovechar la luz natural y cómo un cambio en horarios de trabajo puede ayudar a ahorrar en consumo de energía.
5. Inscríbase en un curso virtual y lea otro poco sobre Responsabilidad Social para que su compromiso sea de calidad, para que cada vez comprenda mejor las dimensiones que este tema aborda y por qué está en cada rincón de la empresa.
¿Está listo para hacer el clic?