La alternativa de la economía circular
jueves, 27 de septiembre de 2018
Los hornos cementeros son un ejemplo.
Camilo Sánchez
Hoy para todos es claro que el cambio climático, la escasez de recursos y la pérdida de biodiversidad no son riesgos, son realidades que debemos enfrentar por medio de soluciones de alto impacto. De ahí que los sectores productivos hayamos explorado vías que contribuyan a minimizar de manera definitiva la huella ambiental de nuestros procesos.
Quizá una de las opciones más visibles ha sido la de plantear nuestros modelos productivos a partir de la economía circular. Sobre este concepto comenzó a hablarse en la década de los ochenta y desde entonces cualquier actividad industrial responsable se sobrentiende que genera recursos económicos en la medida que retribuya valor a la comunidad y al medioambiente.
En el caso del sector cementero, el coprocesamiento se ha convertido en una de las mejores alternativas de economía circular, al permitir, por un lado, la sustitución del uso de combustibles fósiles; mientras que, por el otro, contribuye a disminuir el problema del manejo de desechos en las ciudades. Y es que los hornos cementeros, por su alta eficiencia y temperaturas de hasta 2.000°C, son una opción efectiva y eficiente para la gestión de residuos y la recuperación de la energía que contienen materiales como el plástico, la madera, los textiles, el cartón y las llantas.
Así pues, gracias al coprocesamiento, los sectores productivos tenemos en nuestras manos una alternativa de contribución ambiental que reduce significativamente las emisiones de CO2 y metano (gases de efecto invernadero que aceleran el calentamiento global), pues al hacer uso de combustibles derivados del residuo (CDR), evitamos que muchos materiales que pueden ser aprovechados terminen en rellenos sanitarios y generen gases contaminantes durante su etapa de descomposición.
Esta estrategia tiene como base los principios de la economía circular y contribuye al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que, en sus objetivos 11, 12 y 13, invita a las industrias a reciclar, reducir los desechos y apoyar patrones sostenibles de consumo para 2030, mitigando las emisiones de CO2, construyendo ciudades y comunidades sostenibles.
La tarea es clara. Las industrias tenemos el deber de liderar una transición a una economía circular, donde se gestionen adecuadamente los residuos, mediante la identificación de las mejores prácticas internacionales y de las políticas y marcos regulatorios que han facilitado su implementación en países como Alemania, donde más de 60 % de la energía usada en los hornos de cemento, proviene de CDR; para lograr una adaptación exitosa a la realidad de Latinoamérica.
Desde Cemex lo estamos haciendo. Desde hace más de una década empezamos a impulsar el coprocesamiento en todas nuestras operaciones y, gracias a ello, hoy la mayoría de nuestras plantas de cemento cuenta con la tecnología para aprovechar combustibles alternativos.
En México, por ejemplo, durante 2017, logramos coprocesar más de un millón de toneladas de residuos y, en Colombia, hemos estado utilizando la biomasa de cascarilla de arroz para reemplazar progresivamente el carbón en nuestra planta principal, ubicada en Ibagué. Con esto, hemos contribuido a la disminución de más de 141.000 mil toneladas de CO2.
Son varias las opciones que podemos poner sobre la mesa, pero no cabe duda de que el coprocesamiento es una alternativa viable y eficaz para avanzar hacia la economía circular.