Responsabilidad Social

“Las estibas tradicionales son el asesino silencioso de los bosques y las selvas”

Cortesía

Lina María Guevara Benavides

En diálogo con LR, Álvaro Vásquez, fundador y CEO de la compañía, habló sobre los beneficios que tiene esta propuesta y el impacto positivo que implica tanto en lo ambiental como en lo social.

¿En qué consiste la propuesta de Bioestibas?
Es una empresa que en el oriente antioqueño, sin talar un solo árbol y utilizando exclusivamente desechos de la floricultura, produce una estiba que tiene 16 ventajas frente a la tradicional. Esto da como resultado un enorme impacto positivo social y ambiental. Primero, porque solo recibimos desechos de cultivadoras de flores que sean madres cabeza de familia y segundo, porque al estar utilizando desechos, en vez de árboles, protegemos los bosques. De esta manera, utilizamos un desecho que comúnmente sería incinerado.

¿Cuántas madres cabeza de familia se están beneficiando?
Hoy son 22, pero tenemos identificadas 104 y hay 1.100 cultivadores de hortensias. Cada mes se generan más de 9.600 toneladas de tallos de hortensias. Entonces, cuando no lo recibimos nosotros, las alternativas que tienen son:  recogerlos, transportarlos, picarlos y devolverlos al cultivo como “fertilizante” o pagar un transporte para llevarlos a un relleno sanitario y eso les cuesta $160.000 por cada volqueta. Esto quiere decir, que las madres a las que les recibimos los tallos se ahorran cerca de $2 millones mensuales.

¿Cuál es el panorama de contaminación por floricultura?
En el oriente antioqueño hay 1.100 hectáreas, pero son minicultivos que se dedican exclusivamente a la hortensia. Cada hectárea tiene en promedio 22.000 matas. Y cada mes se están generando entre 15 y 30 tallos, que en promedio pesan 100 gramos. Entonces, es una locura, se ven las montañas de tallos que normalmente incineran. Es por eso que, en ocasiones, el aire de estos municipios resulta más contaminado que el de Medellín. 

Entonces, ¿cuáles son los ventajas de estas estibas?
La primera es que no hay que tumbar árboles y la segunda es que se da uso a este desecho orgánico. Ya en lo práctico, es que son apilables, solo ocupan una cuarta parte del espacio y son libres de clavos y tornillos, es decir, se pueden escanear. Como están fabricadas con un desecho agrícola, no generan IVA y también son reciclables, se pueden moler y utilizar como recuperador de suelos. Son 2,4 veces más resistente, soportan 4.300 kilogramos y son más baratas.

¿Cuántas estibas están produciendo?
En julio llegaremos a 33.000, en septiembre a 66.000 y en diciembre a 100.000. En ese momento ya estaremos utilizando 3.000 toneladas de ese material. Tenemos clientes muy importantes como Nutresa, la Escuela Nacional Central de Agricultura (Enca) y ahora Argos, que es un cliente que en Bogotá consume 15.000 estibas mensuales. Otro ejemplo son los bananeros de Urabá que, solos, consumen 171.000 al mes.
Es un negocio muy grande y 40% de la madera del mundo se destina a eso. Las estibas tradicionales son el asesino silencioso de los bosques y las selvas.

¿Qué porcentaje se está exportando?
Alrededor de 98%. Es mínimo lo que se queda, pero ese es el mercado que nos interesa y que prefieren nuestros clientes.

¿Cuál es la participación del proyecto en el Chivas Venture?
Nos inscribimos el año pasado y participamos en un proceso donde hubo 123 empresas inscritas.  De ahí nos seleccionaron a cinco y Bioestibas resultó ganador por Colombia. Estamos compitiendo por US$1 millón  y por ahora, Colombia va de segundo entre 30 países.

La opinión

Pierre-Yves Calloc’h
Gerente general de Pernod Ricard Colombia
“Es un gran proyecto y está en línea con lo que busca Chivas Venture, que es apoyar proyectos que tengan un impacto ambiental”.