Que la inversión de su empresa impulse un cambio social
jueves, 26 de abril de 2018
Pocas empresas en Colombia miden el SROI
Teryn Wolfe
El Retorno Social de la Inversión, llamado Sroi por sus siglas en inglés, es una herramienta de análisis que asigna un valor monetario a impactos sociales y ambientales. Es usado con éxito por organizaciones internacionales, privadas y públicas, para tomar decisiones estratégicas respecto a sus inversiones con el fin de generar cambios en las comunidades que hacen parte de su campo de acción.
En Colombia es poco lo que se sabe de esta metodología, sin embargo, el contexto socioeconómico que enfrenta el país la ubica actualmente como una herramienta fundamental para la sostenibilidad de las empresas a futuro, especialmente aquellas que están comprometidas con contribuir a la transformación social y ambiental del país.
Las problemáticas que enfrenta el país son diversas y con limitaciones presupuestales y temporales, es complicado saber cuál sería la inversión más significativa por el dinero invertido. El Sroi permite que las empresas optimicen lo invertido y desarrollen acciones más efectivas para generar impactos en lo social y lo ambiental al monetizar el resultado, representado normalmente en valores aparentemente tan intangibles como el bienestar mental, la convivencia o el empoderamiento, etc.
Al contabilizar monetariamente estos resultados, las empresas pueden gestionar y comunicar el valor que generan con una unidad de medición en común: el dinero.
No es invertir más, es invertir mejor
El Sroi se trata de gestión de valores y comprende que las empresas, más allá de las donaciones, generan y tienen la posibilidad de generar mucho valor social y ambiental, sin tener que invertir más, sino de una forma más inteligente.
Cuando se toma una decisión de invertir, en el caso de las inversiones financieras se debe tener toda la información sobre la rentabilidad de dicha inversión y los riesgos asociados así como mejores herramientas para medir y comunicar tanto el valor como el impacto económico, social y medioambiental que resulta de nuestras actividades. Sin embargo, en el caso de inversiones sociales, muchas veces se hacen considerando lo que nos hace sentir bien o, en muchos casos, menos culpables, y se exige muy poco seguimiento a la inversión.
No se toma en cuenta que donación es una inversión que puede generar valor financiero para la empresa y que así se contabilice al final del año se pierden muchas posibilidades al solamente contar con un certificado de donación a cambio por la donación.
Ya se conocen varios casos de fracaso en el manejo de proyectos sociales por parte de las empresas y las consecuencias que tienen par la reputación e imagen corporativa debido a la toma de decisiones con información insuficiente, inadecuada o no precisa. En Colombia, por un lado, la triste realidad es que no hay suficientes fondos en el sector público y sin ánimo de lucro para asegurar el desarrollo sostenible; eso requiere que las empresas privadas también inviertan en la sostenibilidad. Y por el otro, muchas empresas privadas ya hacen inversiones muy grandes en el cambio social, pero realmente no saben si estas inversiones tuvieron cambios significativos o si el dinero destinado a ellos generó el impacto más alto alcanzable, que es lo ideal.
Las buenas intenciones no son suficientes, la transformación social, ambiental y económica requiere más que eso análisis, estrategia, valores e innovación, y la innovación que vale la pena nunca es fácil, pero sí muy necesaria para las empresas que quieren seguir creciendo y convertirse en referentes en su sector.