Responsabilidad Social

Un hogar digno para una familia ejemplar

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María Cristina Vega Acevedo

La suya ha sido una vida llena de tropiezos, “pero ahí vamos con la ayuda de Dios”, dice ella con esperanza. Doña Hortencia prefirió no investigar la muerte de su hijo, pero a partir de entonces asumió la crianza de sus cuatro nietos, quienes además habían sido abandonados por la madre. Ellos son Diego Alejandro de 16 años (lo crió desde los ocho);  los gemelos, de 10 años, Juan David y Nicolás; y Zharik Dayana, de ocho años.

Doña Hortencia lleva 14 años trabajando en labores de limpieza, de lunes a sábado y su constancia y tesón le han permitido sacar adelante primero a sus propios hijos y luego a sus nietos, con el apoyo de Elver, el nuevo compañero sentimental y que le dio el apellido a dos de sus hijos, pues el padre biológico había muerto siendo ellos muy pequeños. El esposo vive de vender dulces en el norte de Bogotá, cuidar carros y embolar zapatos, y con lo que gana sirve de sostén a la familia.

Hoy los seis viven en alquiler  en el barrio Patio Bonito, pagan $450.000, en una casa-lote,  “ya que no nos arriendan con tanto muchacho”, dice ella. Desde que asumió la patria potestad, se ha encargado de sacar a sus nietos adelante, verlos crecer, cambiarles pañales, llevar al día sus vacunas, hacer las tareas con ellos, llevarlos a la ruta escolar, incluso en contra de quienes le dicen que por su edad ya no está en condiciones para hacerse cargo de estas responsabilidades.

Se emociona, eso sí, al saber que los niños tendrán lo que ella no tuvo en la infancia, una cama cómoda y limpia  para dormir y la posibilidad de ir un colegio.

Hortencia ha querido regresar a Milán, Caquetá, la tierra de su mamá, pero una cirugía de ovarios, programada para el 20 de febrero, le ha hecho posponer esa ilusión de encontrar a alguno de sus hermanos, “pero quiero buscarlos”, dice visiblemente emocionada.

Mientras tanto, Hortencia espera con ansiedad  el momento de la entrega del nuevo hogar  de 76 metros cuadrados de área que ella y sus niños estrenarán este año, ubicado en Ciudad Verde, en el municipio Soacha, en el conjunto Astromelia. El inmueble consta de tres habitaciones, baño, sala comedor, cocina y zona de lavandería, además de colegios, mercados y espacios verdes.

Para lograr ese tipo de iniciativas es fundamental la participación de nuestros clientes, quienes a través de sus generosos aportes en dinero compraron  ‘Bonos felices’  para dotar este nuevo hogar por un valor de $2.005.000. Adicionalmente,  Casalimpia, empresa donde trabaja hace 12 años Hortensia,  hizo donaciones para que esta familia unida y ejemplar pueda cumplir sus sueños de vivir en su apartamento propio con comodidad y estrenando todo su amoblamiento, para seguir construyendo llenos de alegría este hogar que es ejemplarizante para muchos