La falta de sueño puede explicar si tiene dolores de cabeza frecuentes a la misma hora
lunes, 10 de abril de 2023
Según un estudio, reducir horas de sueño puede disminuir la concentración, aumentar la irritabilidad y producir dolores de cabeza
Expansión - Madrid
Las cefaleas y la migraña, más frecuentes en primavera y otoño, están estrechamente relacionadas con los ritmos circadianos, los cambios físicos y psíquicos que se suceden cada 24 horas en respuesta a la ausencia o presencia de luz. La falta de sueño es una causa clara en siete de cada diez pacientes.
Tanto la cefalea en brotes como la migraña tienen fuertes vínculos con el sistema circadiano, el reloj interno que regula los procesos corporales y mentales relacionados con los patrones de sueño mediados por hormonas como la melatonina y el cortisol. Tener dolores de cabeza con frecuencia a las mismas horas del día durante un tiempo prolongado responde, en cierta parte, a las alteraciones en los patrones de sueño: dormir mal, poco o no tener un sueño reparador.
El sueño es un período de inconsciencia en el que el cerebro permanece muy activo, un proceso biológico complejo que facilita procesar nueva información, a mantenerse saludables y a retrasar el envejecimiento. El ritmo circadiano es el reloj interno del cuerpo por el que nuestro organismo se acompasa a los cambios naturales de la intensidad de luz y regula los patrones del sueño y la vigilia. Alterar este reloj de manera artificial produce múltiples trastornos, incluidas patologías neurológicas tan incapacitantes como las migrañas y las cefaleas.
Así concluye un metaanálisis publicado en Neurology, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología, que analiza todos los estudios científicos disponibles sobre la cefalea en brotes y la migraña que tenían en cuenta el ritmo circadiano como variable. La investigación incluye información sobre los momentos en lo que se producen los dolores de cabeza durante el día y durante todo el año, así como estudios sobre genes asociados con el reloj circadiano que pueden ser más comunes en las personas con estos dolores de cabeza. Es decir, que intentaban esclarecer si hay genes específicos que hacen más propensas a algunas personas a padecer dolores de cabeza cuando se altera su ritmo interno vigilia-sueño.
Los investigadores, coordinados por Barlas Benkli, Sun Young Kim, de las universidades de Houston, en Texas, y de Kyoto, en Japón, tuvieron en cuenta estudios sobre la cefalea en racimos y la migraña y las hormonas relacionadas con el sistema circadiano, incluidas el cortisol y la melatonina y los niveles de corticosterioides. En total, establecieron sus conclusiones basándose en los resultados de 72 estudios con estos criterios seleccionados de entre un total de 1.513, además de 16 estudios en humanos, uno en primates y 16 análisis de imágenes diagnósticas que incluían estudios genéticos.
"Los datos sugieren que las cefaleas y migrañas son dos tipos de dolor de cabeza altamente circadianos en múltiples niveles, especialmente el dolor de cabeza en racimos", apunta Mark Joseph Burish, uno de los autores del estudio, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston, Texas.
"Esto refuerza la importancia del papel hipotálamo, el área del cerebro que alberga el reloj biológico principal, y su papel en la cefalea en brotes y la migraña. También plantea la cuestión de la genética de los desencadenantes, como los cambios en el sueño, que son desencadenantes conocidos de la migraña y son señales del ritmo circadiano del cuerpo".
En el caso de los brotes de cefalea, el metaanálisis encontró un patrón circadiano de ataques de cefalea en 71% de las personas. Los ataques alcanzaron su punto máximo desde la últimas horas de la noche hasta las primera de la mañana. Durante el año, las personas tuvieron más ataques en primavera y otoño. A nivel genético, la cefalea en racimos se asoció con dos genes circadianos principales, y cinco de los nueve genes que aumentan la probabilidad de tener cefalea en racimos son genes con un patrón de expresión circadiano.
Las personas con cefalea en racimos también tenían niveles más altos de cortisol y niveles más bajos de melatonina que las personas sin cefalea en racimos.
Para la migraña, el patrón circadiano está presente en el 50% de las personas. "Si bien el pico de ataques durante el día fue amplio, desde el final de la mañana hasta el atardecer, hubo un punto mínimo circadiano durante la noche en el que ocurrieron pocos ataques. La migraña también se asoció con dos genes circadianos centrales, y 110 de los 168 genes asociados con la migraña tenían un patrón de expresión circadiano".
Los investigadores apuntan, además, que las personas con migraña tenían niveles más bajos de melatonina en la orina que las personas sin migraña. Además, los niveles de melatonina eran más bajos durante un ataque de migraña.
"Estos resultados aumentan el potencial para el uso de tratamientos basados en el ritmo circadiano para los trastornos de dolor de cabeza", dijo Burish. "Esto podría incluir tomar medicamentos en ciertos momentos del día, como tratamientos que provocan cambios circadianos, al que ciertos medicamentos pueden ayudar".
Una limitación del estudio fue que los investigadores no tenían información sobre los factores que podrían influir en el ciclo circadiano, como el efecto de algunos medicamentos, otras patologías como el trastorno bipolar o problemas del ritmo circadiano como el trabajo en turnos de noche.
¿Por qué es importante el sueño?
Durante el sueño, el cerebro pasará por ciclos de cinco fases distintivas: fase 1, 2, 3, 4 y el sueño de movimientos oculares rápidos (REM por sus siglas en inglés), según explican los Institutos Nacionales de la Salud (NIH). Cada fase es importante para garantizar el descanso completo de la mente y el cuerpo.
Un sueño inadecuado contribuye, en el corto plazo, a tener problemas de aprendizaje y procesamiento de información y puede tener un efecto dañino en el bienestar y la salud a largo plazo, afecta el desempeño de las tareas cotidianas, el estado de ánimo y la salud.
Reducir las horas de sueño, aunque solo sea una hora, puede disminuir concentración y aumentar tiempo de reacción, nos hace más propensos a correr riesgos y a tomar malas decisiones, aumenta la irritabilidad y los problemas de relación en especial en los niños y los adolescentes, y predispone a la depresión. Asimismo, dormir mal aumenta la presión arterial, el riesgo de enfermedades cardíacas y otros problemas de salud como la pérdida de masa muscular u obesidad y diabetes ya que muchas de las hormonas que se producen durante el sueño afectan a los niveles de energía que necesita el organismo.