La importancia del cuerpo para la mente

Para nadie es un secreto que cuando estamos bien por dentro, estamos bien por fuera. Pero vamos más allá: no se trata simplemente de vernos bien con un pantalón o con una camisa, se trata de saber, a ciencia cierta, que estamos haciendo todo lo que esté en nuestras manos para que no solo el físico sea el ideal, pues cuando eso está bien, la emoción también.

Puede que para muchas personas no sea un factor predominante en su vida, pero el físico sí marca una pauta para saber hacia dónde vamos, por ejemplo: Si acude a una cita de trabajo, sabe que debe lucir formal; si va a una reunión con sus amigos, tiene su ropa destinada para la rumba; si va a un funeral, evita los tonos oscuros… Cosas tan básicas pero que hablan tanto de lo que somos y de cómo afrontamos las situaciones diarias. Y este es solo un ejemplo en temas de ropa, entonces vamos más adentro: a lo que está entre la tela de la ropa y nuestros órganos: el cuerpo, ese que los recubre y los protege de factores que pueden resultar dañinos.

Y es que el cuerpo no solamente está ahí para eso, para salvaguardar nuestras venas, el corazón, los pulmones y todo lo que tenemos en nuestro interior, sino que también está ahí para ser admirado por los otros y por uno mismo. En ese orden de ideas, ¿cómo se siente cuando se mira en el espejo?
Si le gusta lo que ve, usa su ropa con seguridad y tranquilidad, presenta una reunión de trabajo sonriendo, sin preocuparse porque el pantalón no cierra o un botón está a punto de estallar. Bien dicen que el bienestar va de adentro hacia fuera y no es un tema de importancia banal, como muchos lo ven.

Presentar dificultades que, a simple vista podrían ser físicas, como la obesidad, piel reseca, acné, calvicie, entre otras, denotan también complicaciones emocionales como el estrés y enfermedades como la diabetes y el cáncer. Todo se convierte, entonces en algo holístico que se complementan entre sí. Cuando sabe que está haciendo todo lo posible para que su cuerpo esté en forma y saludable, no le queda espacio para el remordimiento, ni la incomodidad. Es por eso que lo invito a consentirse, a saber que es la persona más importante del mundo para usted mismo y que la salud no espera. No sabe si mañana tendrá tiempo.

Curiosamente, a medida que pasan los años, nos deberíamos sentir más conformes y felices con nosotros mismos, pero en muchos casos sucede exactamente lo contrario: aparecen los miedos, los comentarios de las otras personas nos importan más, las odiosas comparaciones también hacen su debut y, mientras que tenemos que dar resultados laborales, nos quedamos pensando en lo que somos y lo que queremos llegar a ser.

Más allá de cualquier cosa, quiero decirle que aunque el físico es supremamente importante para que se sienta con una seguridad plena a la hora de generar resultados positivos en el trabajo, lo que más debe fortalecer es su parte emocional, psicológica y emotiva: que sea fuerte y tenga una voluntad recia es lo que lo hará llegar lejos, afrontando, inclusive, si físicamente ocurren cambios, pues nadie está exento de ellos: desde el embarazo, hasta un accidente o una enfermedad.

Por eso mi invitación es que sí, haga lo necesario para invertir en su parte física, que le da seguridad y vida, pero también trabaje en su interior, en fortalecerlo en valores y fortaleza para que pase lo que pase, seas un roble. ¡Y por supuesto! Cuente siempre con los mejores, estamos para usted.