Salud digital, decisión de sostenibilidad

El sector salud está llamado a implementar sistemas digitales, y cada vez más. Así lo evidencia el Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud, cuando indicó que en Colombia los servicios públicos y privados en modalidad de telemedicina, aumentaron de 3.047 a 12.257, entre 2019 y 2020(1.).

Esto es un llamado a realizar cambios estructurales que, además de ser demandantes por parte de los pacientes, parecen ser imperantes y prometedores para la gestión de las instituciones, los profesionales de la salud, y los demás actores que componen el sector.

La evolución de la telesalud se ha visto enmarcada recientemente por los avances en las telecomunicaciones, los teléfonos inteligentes y el desarrollo de dispositivos para adquisición de datos clínicos, que los médicos pueden usar para hacer seguimiento de forma inalámbrica sobre los pacientes con afecciones cardíacas y diabetes, por mencionar un ejemplo. Hoy no cabe duda de que el potencial es enorme: se estima a nivel global que 20% de las visitas a salas de emergencias y 24% de visitas al consultorio y ambulatorias podrían migrar hacia la prestación de atención virtual (2.).

Bajo esta nueva lógica, la salud digital incluye la disponibilidad de la ficha del paciente, la visualización de resultados de laboratorio, las conferencias clínicas, teleconsultas, entre otros, que una vez puestas en marcha, aceleran la productividad, proporcionando a los médicos información específica, resumida e integrada; con esto además facilitan el trabajo entre los equipos de atención y sus pacientes para la toma de decisiones oportunas y precisas; de igual manera, empoderan a los usuarios para que participen activamente en su propia atención médica.

Para llegar a este escenario, sin embargo, se requiere de una labor que fortalezca la adaptación misma, para que sea posible ofrecer soluciones de telemedicina que garanticen un valor agregado, así como un futuro de salud sostenible para las próximas generaciones. En este sentido, los principales desafíos de la salud digital son la expansión de su ecosistema, que requiere del trabajo conjunto con el gobierno local, la comunidad y los funcionarios de salud para aumentar la penetración de internet en áreas remotas y lograr que el hardware (teléfonos, tabletas y computadoras portátiles) aumente su disponibilidad para los pacientes, para que así los datos de los mismos estén disponibles para disposición del médico.

La disponibilidad de herramientas junto con el conocimiento médico garantiza que estas decisiones prosperen en un entorno de atención médica en constante cambio, que demanda más y mejores procesos de atención y tratamiento. Los beneficios de apostarle a la salud digital incluyen una menor presión sobre las áreas de emergencia de los hospitales, una asignación más eficiente de los recursos de atención médica y un gran impacto sobre la experiencia del paciente.

(1) Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, 2022. Dos años de posicionamiento de la telemedicina en Colombia.
https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Dos-anos-de-posicionamiento-de-la-telemedicina-en-Colombia.aspx#

(2) Bestsennyy, O. Gilbert G, Harris A, Rost J. Telesalud: ¿una realidad post-COVID-19 de un cuarto de billón de dólares? McKinsey & Compañía; 2020.